Los derechos de autor sólo protegen el propio programa de ordenador y no las ideas subyacentes del programa, es decir, es perfectamente lícito coger un programa de ordenador escrito por un tercero y escribir otro que cumpla la misma función. Es necesaria la previa autorización del titular de los derechos para ejecutar, copiar, transformar o distribuir el software.
viernes, 19 de septiembre de 2008
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